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22 de octubre de 2015

600 Millas

Una cinta que ha aparecido en los dos festivales más importantes de Cine en México pero no precisamente en competencia es la obra estelarizada por Tim Roth. ¿A qué se debe esta interesante exposición de 600 millas en los circuitos especializados?

Esta y más críticas están compiladas en el Sexto Especial de Cine Mexicano. y también pueden leerlas en nuestro fanpage en FacebookPueden ver el video donde esta cinta fue comentada originalmente a continuación.




Ripstein en el cine, pero Gabriel en esta ocasión. Una historia sobre un joven (Kristyan Ferrer) que empieza en el negocio familiar, el cual es el contrabando de armas. Sin experiencia, es pendejeado por todos mientras se espera sea eficiente. En medio de un viaje, algo sale mal y un policía (Tim Roth, interpretando a Hank Harris) lo descubre. Milagrosamente es detenido y el policía termina siendo el rehén del joven, quien sin pensar, lo lleva en su vehículo mientras continúa con su misión. De pronto esta historia se convierte en un budy-film improbable.

Mientras que puede ser considerada como un primer acercamiento al cine eficiente por aprte de Gabriel Ripstein, lo más interesante de la cinta son las actuaciones, principalmente por parte de Kristyan (a quien algunos recordarán como Ramón, de Guten Tag Ramón) o del mismo Tim Roth. Kristyan hace un buen trabajo al presentarnos un personaje por el que es difícil sentir empatía, especialmente si consideramos que es abusado por prácticamente todo mundo y si logra algo es más por un golpe de suerte que por otra cosa, lo cual hace que uno sienta más pena que empatía por el personaje.


Desafortunadamente el manejo propio de la historia, así como su edición (especialmente para la segunda parte) le ponen trabas a la narrativa misma, volviéndola innecesariamente pesada para el espectador. Recuerdo que al haberla visto en la Berlinale 65 había miembros de la prensa española que elogiaban la obra y le soltaban sonoros halagos, cosa que me llamó la atención ya que el resultado final no es tan memorable. A eso agreguémosle que yo tengo una aversión personal a cuando en una película mexicana se usan palabras como «chingada», «cabrón», «pendejo» y demás lenguaje florido cada tres palabras en casi todas las líneas de diálogo. Claro, hay entornos en los que es perfectamente entendible, pero en la mayoría de las ocasiones suena más a cliché socioeconómico que a un verdadero manejo de lenguaje en ciertas situaciones o lugares.

Algo que pudo haber ayudado a la cinta a tener un mejor manejo pudo ser el hecho de que en la edición no estuviera metido Ripstein, quien escribe, produce, dirige y participa en la edición. Si bien es cierto que al final el director o productor tienen el voto final sobre la manera en que una cinta es terminada, el apoyo de alguien que no estuviera tan metido en otras partes de la cinta pudo ayudar a mejorar el ritmo de la obra. Hay varios momentos que a nivel visual son geniales pero cuyo impacto se reduce conforme continúa la acción.

A final de cuentas la cinta es un trabajo eficiente que desafortunadamente no termina de cuajar completamente, sin embargo crea las suficientes espectativas para que interese ver obras futuras de Gabriel, quien continúa la tradición familiar y ofrece al menos perspectivas más interesantes que algunos de los últimos trabajos de su padre.



Dirección: Gabriel Ripstein
Guión: Gabriel Ripstein, Issa López
Producción: Michel Franco, Moisés Zonana, Gabriel Ripstein
Fotografía: Alain Marcoen
Edición: Santiago Pérez Rocha León, Gabriel Ripstein
Diseño de Producción: Carlos Y. Jacques
Dirección de Arte: Darren Clark

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